sábado, 11 de enero de 2014

LEER, COMPRENDER Y APRENDER: ¿Por qué es tan difícil?

Bajo el título de este post me gustaría hacer una aportación personal al capítulo 2 del libro de Isabel Solé, "Estrategias de lectura".

Difícil, complicado, aburrido, rollo, ... Son los epítetos más habituales que un porcentaje muy alto -demasiado alto- de nuestros alumnos de la etapa de Primaria ponen a la lectura. Cuando los docentes nos preguntamos el por qué, paso primero para acometer posibles estrategias para solucionar el problema y revertir la situación, nos encontramos con un gran número de causas que, unas por muy generales u otras por muy específicas, no permiten una solución rápida y eficaz.

En mi caso coincido con la autora, Isabel Solé, en que el conocimiento previo con que se aborda la lectura, los objetivos que la guían y la motivación son las premisas básicas que debiéramos analizar objetiva e individualmente para organizar el proceso de aprendizaje a través de la lectura comprensiva de textos.
Voy a focalizar mi análisis en la parte de la motivación porque creo que es el sendero que puede convertir una actividad mecánica como leer a una actividad que da placer y por tanto a aprender y cambiar la vida del discente.
Es la motivación la que permite al incipiente lector adquirir una comprensión del texto que lee, ya que el lector intenta encajar en su realidad, en sus objetivos, en su vida real de un modo significativo lo que lee, lo dota de "sentido", de significación personal  que hace que lo incluya en bagaje intelectual es decir lo aprende.
Obviamente la motivación es tan diversa como los contenidos de aprendizaje que podamos imaginar. Podemos pensar en que la lectura sea en sí misma motivadora, o fuente de placer, o que la motivación debamos encontrarla en la conexión con el entorno próximo del niño para que el aprendizaje sea significativo. 
A mi modo de ver el niño debe "sentir", " tocar" la lectura. Debe motivarle la lectura para pasar un buen rato y estimular su fantasía, debe motivarle la lectura para pasar un rato en compañía de su familia, de sus amigos, es decir debe ser una tarea compartida por su entorno más próximo para hacer que su lectura individual sea algo que para el niño tenga sentido, "su" sentido.
Quizá por eso la exploración de tiempos de lectura libre, no obligada, en la biblioteca dejando al niño escoger su tipo de lectura, sus tiempos, sus motivaciones sea una primera piedra en el andamiaje del la significación de la lectura y por tanto de una comprensión adecuada a tiempos y motivaciones.
A partir de esa entrada placentera y lúdica debemos ir escalando con otros métodos igualmente contextualizados e individualizados para mejorar la comprensión enfocada a un aprendizaje de contenidos básicos. Para ello la exploración en otros soportes motivadores como las Nuevas Tecnologías o ilustraciones adaptadas o actividades de debate y reflexión pueden generar la apertura de caminos hacia el aprendizaje.